¿Qué es el aceite de macadamia y para qué sirve?
El aceite de macadamia viene de las nueces del árbol "Macadamia integrifolia", originario de las selvas subtropicales de Queensland y Nueva Gales del Sur en Australia. Estos árboles producen frutos con una cáscara extraordinariamente dura que protege una semilla rica en omega-7, un ácido graso bastante escaso en el mundo vegetal.
Aunque es nativa de Australia, donde los aborígenes la consumían como fuente valiosa de nutrición, hoy la macadamia se cultiva en regiones de clima subtropical como Hawái, Sudáfrica, Kenia, California y Brasil.
Lo que lo hace especial es su paradoja: proporciona nutrición comparable a mantecas densas, pero con una textura sedosa y fluida que se absorbe rápidamente dejando la piel suave, nunca grasa. Es uno de los aceites faciales más valorados para pieles que buscan suavidad, confort y nutrición intensa sin esa sensación grasa que tanto incomoda.
Extracción y composición del aceite de macadamia
El aceite se obtiene mediante prensado en frío de las nueces, un proceso suave que mantiene intactas todas sus propiedades: ácidos grasos, vitamina E y otros compuestos beneficiosos. El resultado es un aceite de color amarillo dorado pálido con una textura sedosa distintiva y un aroma delicado a nuez dulce.
La textura es ligera y se absorbe rápido, dejando un acabado suave y aterciopelado que no deja la piel brillando como un espejo. Es ese equilibrio perfecto entre nutrición profunda y sensación de ligereza que tanto cuesta encontrar.
Lo que hace especial al aceite de macadamia es su composición única:
- Omega-7 (ácido palmitoleico): Su contenido de omega-7 es de los más altos entre aceites faciales disponibles. Este ácido graso está presente naturalmente en la piel humana joven, por lo que aplicar macadamia es aportar algo que la piel "entiende" y asimila perfectamente.
- Omega-9: Responsable de su capacidad nutritiva profunda. Penetra efectivamente aportando lo que la piel necesita para mantener flexibilidad, suavidad y resistencia.
- Vitamina E: Protege la piel del daño causado por el sol, la contaminación y el estrés diario. También protege el propio aceite de oxidarse, manteniendo sus propiedades durante más tiempo.
- Fitoesteroles: Calman la irritación, reducen rojeces y ayudan a reparar la piel sensibilizada o dañada.
¿Qué hace el aceite de macadamia en la piel y cuáles son sus beneficios?
Nutre profundamente sin dejar la piel grasa
Este es el beneficio estrella del aceite de macadamia. Resuelve el dilema de las pieles secas: cómo conseguir nutrición intensa sin texturas pesadas o incómodas.
Gracias a su afinidad con los aceites naturales de la piel, el macadamia aporta nutrición comparable a mantecas vegetales pero con textura fluida y absorción rápida, evitando esa sensación pegajosa o grasa característica de aceites muy densos.
Puedes usarlo por la mañana sin que te fastidie el maquillaje, funciona en climas cálidos donde aceites pesados resultan insoportables, y va perfectamente con rutinas de múltiples pasos sin saturar la piel.
Aporta suavidad excepcional desde el primer uso
Esta es la característica que más se nota desde el principio. Desde la primera vez que lo aplicas, la piel se siente notablemente más suave al tacto. No es una mejora gradual que necesita semanas; es un cambio que notas en minutos.
Con uso continuado, la suavidad de la piel mejora progresivamente porque se ha nutrido de verdad, no solo superficialmente.
Repara la piel cuando está debilitada
El omega-7 del aceite de macadamia ayuda a reparar la piel cuando está pasándolo mal por edad, tratamientos intensos o exposiciones agresivas. Se integra en la piel devolviéndole resistencia y vitalidad.
Esto se nota especialmente en pieles maduras que han perdido resistencia, o tras tratamientos dermatológicos que dejan la piel tocada.
Con uso constante, la piel recupera textura más lisa, mayor resistencia y esa sensación de estar más fuerte sin ponerse tensa.
Mejora la elasticidad de la piel
El omega-7 y omega-9 del macadamia contribuyen a mejorar la elasticidad de la piel. La piel recupera su capacidad de "rebotar" tras gestos faciales: al sonreír o fruncir el ceño, vuelve más rápidamente a su forma original sin quedar marcada tanto tiempo.
Muchas líneas finas superficiales causadas por deshidratación se suavizan notablemente. La piel envejecida tiende a volverse más rígida y "dura" al tacto; la nutrición continua con macadamia mantiene flexibilidad y ese aspecto vital de piel suave y adaptable.
Calma pieles sensibles y reactivas
El omega-7 más los fitoesteroles del aceite calman pieles sensibles o irritadas. Reduce rojeces por sensibilidad, exposición ambiental (frío, viento) o cuando te has pasado con activos fuertes como retinoides o ácidos.
Alivia la tirantez, picor leve o esa sensación de "piel que escuece" característica de pieles sensibles. Es excelente como aceite de recuperación tras retinoides (calma irritación sin quitarle eficacia) o procedimientos en cabina.
El macadamia calma y nutre al mismo tiempo, sin perder potencia nutritiva.
Protege del envejecimiento prematuro
La vitamina E del aceite de macadamia protege las células de la piel del daño causado por radiación UV, contaminación urbana y estrés diario. Al proteger el colágeno y la elastina, ayuda a retrasar arrugas profundas y flacidez.
Con uso continuado, se reduce la apariencia de líneas finas causadas por deshidratación y daño acumulado. Cuando el macadamia (con vitamina E) se combina con vitamina C, crean una acción protectora donde ambas vitaminas se potencian mutuamente.
Contraindicaciones y consideraciones de uso
El aceite de macadamia se conserva mejor en lugares frescos y secos, alejado de la luz solar directa. Bien cerrado tras cada uso, mantiene sus propiedades durante bastante tiempo. Si notas olor rancio, cambio de color oscuro o textura diferente, es señal de oxidación.
Las pieles mixtas suelen usarlo concentrado solo en zonas secas (mejillas, contornos) evitando la zona T. Las pieles muy grasas o con acné activo responden mejor a aceites más ligeros como el melón de Kalahari.
Para aquellas personas con alergias conocidas a frutos secos, como con cualquier producto cosmético nuevo, lo habitual es hacer una prueba de tolerancia en una pequeña zona de piel antes de aplicarlo en todo el rostro.
¿Cómo se suele usar el aceite de macadamia en la cara?
El aceite de macadamia funciona mejor como último paso de la rutina facial, después de sérums y cremas. Al ser un aceite, crea una capa que sella toda la hidratación aplicada previamente.
La mayoría lo usa por la noche porque aporta nutrición profunda mientras duermes. Algunas personas con piel muy seca también lo usan por la mañana, aunque en ese caso la protección solar sigue siendo imprescindible después, ya que el aceite no protege de los rayos UV.
El aceite de macadamia en el Tratamiento Antiox African Essence
El aceite de macadamia alcanza su máximo potencial cuando se combina con otros aceites complementarios.
En Lico hemos creado el Tratamiento Antiox African Essence, que integra aceite de marula puro del Kalahari con otros cuatro aceites africanos y tres formas de vitamina C de alta estabilidad:
- El aceite de baobab, conocido por su capacidad regeneradora y su afinidad con pieles secas y maduras.
- El aceite de melón de Kalahari, especialmente rico en ácido linoleico, que ayuda a equilibrar pieles mixtas y grasas.
- El aceite de manketti, que actúa como ese escudo protector que sella todo.
- El aceite de marula, ligero y antioxidante, ideal para aportar elasticidad sin sobrecargar.
y tres formas de vitamina C de alta estabilidad.
Aunque todos estos aceites provienen del mismo entorno extremo, no actúan igual sobre la piel. Si quieres ver las diferencias aquí tienes una guía comparativa de los aceites africanos.
El tratamiento combina dos productos complementarios:
- C+E Serum African Essence: Sérum con tres formas de vitamina C combinadas con aceites africanos (baobab, marula, melón de Kalahari). Ilumina, unifica el tono y prepara la piel.
- Antiox Oil (contiene macadamia): Mezcla de 5 aceites prensados en frío donde el macadamia aporta nutrición profunda gracias a su omega-7 único, el melón de Kalahari regenera y mejora elasticidad, el baobab repara, el marula antioxida, y el manketti protege de la contaminación.
Resultados probados
El tratamiento completo ha sido testado en estudios clínicos independientes con resultados medibles: mejora significativa en luminosidad del rostro, mayor uniformidad en textura y tono, aumento visible de jugosidad (piel hidratada y rellena), reducción notable de manchas oscuras y protección demostrada frente al daño de la contaminación.
Artículo revisado por Estefanía Ferrer, Ingeniera Química y fundadora de Lico Cosmetics.
Descubre más sobre los tesoros cosméticos del desierto de Kalahari en @lico_cosmetics
Preguntas frecuentes sobre el aceite de macadamia
¿El aceite de macadamia obstruye los poros?
El aceite de macadamia tiene bajo potencial de obstruir poros, por lo que en la mayoría de personas no causa problemas. Si tienes piel muy propensa al acné, mejor úsalo con cuidado: poca cantidad solo en zonas secas, evitando la zona T. Cuando aparecen problemas suele ser por usar demasiada cantidad, no por el aceite en sí.
¿Se puede usar todos los días?
Sí, es suficientemente suave para uso diario. La frecuencia habitual varía según el tipo de piel: las pieles secas suelen usarlo dos veces al día, las pieles normales una vez al día, las pieles sensibles solo por la noche, y las pieles mixtas en zonas secas específicas. Los beneficios son acumulativos y se notan con el uso constante.
¿Cuánto tiempo tarda en hacer efecto?
La suavidad al tacto es inmediata desde la primera aplicación. La mejora de textura se nota en pocas semanas. La nutrición profunda y mejora de elasticidad se aprecian con el uso continuado. El efecto reparador en pieles debilitadas puede necesitar más tiempo. La clave está en la constancia.
¿Es mejor que el aceite de argán?
No hay uno mejor en términos absolutos. Elige macadamia si buscas omega-7 único, suavidad excepcional inmediata, nutrición máxima sin grasa y textura sedosa. Elige argán si buscas mayor omega-6 para regulación de sebo, precio más accesible o si tienes piel mixta-grasa. Para uso facial antiedad en piel seca o madura, el macadamia suele funcionar mejor por su omega-7 y afinidad con la piel.
¿Se puede usar con vitamina C?
Sí, muy recomendado. La vitamina C (como el C+E Serum African Essence) seguida del aceite de macadamia (con vitamina E) crean una acción protectora donde ambas vitaminas se potencian mutuamente. La vitamina C ilumina y protege, el macadamia nutre y sella. El macadamia no inactiva la vitamina C; la vitamina E del aceite la estabiliza.
¿Se puede usar con retinol?
Sí, es una combinación excelente. La forma habitual de usarlos juntos es aplicar el retinol sobre piel limpia, dejar que penetre unos minutos, después la crema, y finalmente el aceite de macadamia. El aceite reduce la irritación del retinol sin quitarle eficacia. Quienes los combinan toleran mejor el retinol y mantienen el tratamiento a largo plazo.
¿Sirve para reducir arrugas?
Ayuda como complemento preventivo gracias a su omega-7 que repara la piel y su vitamina E que protege del daño. Sin embargo, los retinoides son los únicos cosméticos con evidencia científica sólida para estimular colágeno nuevo. La combinación más efectiva suele ser retinol (firmeza) junto con aceite de macadamia (nutrición y confort). El macadamia previene el envejecimiento prematuro pero no borra arrugas profundas ya establecidas.
¿Qué es más saludable, el aceite de aguacate o el aceite de macadamia?
Depende del objetivo y del tipo de piel. El aceite de macadamia destaca por su alto contenido en omega-7, un ácido graso presente de forma natural en la piel joven, lo que lo hace especialmente afín a pieles secas y maduras que buscan nutrición, suavidad y elasticidad sin sensación grasa.
El aceite de aguacate es más denso y pesado, con gran capacidad protectora, y suele usarse en pieles muy dañadas o como tratamiento intensivo puntual. Para uso facial diario y antiedad, el macadamia suele resultar más cómodo y equilibrado.
¿Por qué la macadamia es tan cara?
La macadamia es cara porque su cultivo es lento y exigente. Los árboles tardan años en producir frutos y la nuez tiene una cáscara extremadamente dura, lo que complica su procesamiento. A esto se suma una producción limitada frente a una alta demanda, especialmente en cosmética y alimentación premium. Todo ello convierte a la macadamia en un ingrediente valioso y poco común.
¿La macadamia es buena para el eczema?
El aceite de macadamia puede ser un buen apoyo cosmético en pieles con tendencia a eccema gracias a su alta afinidad con la piel, su capacidad nutritiva y sus componentes calmantes. Ayuda a reforzar la barrera cutánea, aliviar la sequedad y mejorar la sensación de confort. No sustituye tratamientos médicos, pero puede complementar rutinas de cuidado en pieles secas, sensibles o reactivas.
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